Hoy es uno de esos días en donde inunda
y rebalsan las ganas de escribir algo para desahogarme,
para poder gritar con escritos lo que sucede aquí.
me carga tener que sentir lo mismo siempre,
detesto llenar de odio mi corazón .
Pero no lo aguanto es como una sensaciòn irracional
dentro de mi mundo racional y normal... Las cosas se esfuman y mis
actos se muestran un tanto ordinarios, la suerte no me suele
acompañar siempre ni la desgracia ser al 100% parte de mi.
Pero es lo que me acontece vivir, tampoco quiero parecer
una dramática niña expresando un poco de incomprensión
ni menos decepción, me siento feliz con las barreras que me pone
la vida, quizás no estoy de acuerdo con algunas cosas,pero se sobrevivir
dentro de este mundo de salvajes...

“Un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de la plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis”. Julio Cortázar